sábado, 26 de febrero de 2011

Crisis de oxigeno y extinciones

Una bajada en los niveles de oxígeno podría ser la causa de algunas extinciones acaecidas durante el Cámbrico.

Benjamin Gill junto a una sección estratigráfica. Fuente: Steve Bates.

La visión convencional de la historia de la Tierra que tenemos es que los océanos empezaron a ser ricos en oxígeno y comparables a los niveles actuales en el Ediacarense tardío, hace unos 600 millones de años, después de haber sido deficitaria en ese gas durante miles de millones de años. Se supone que esta mayor presencia de oxígeno posibilitó la explosión del Cámbrico. Pero ahora un grupo de expertos ha encontrado pruebas de que el océano volvió a ser anóxico (pobre en oxígeno) hace unos 499 millones de años, después de que aparecieran animales complejos en el planeta, y que permaneció así durante 2 ó 4 millones de años. Estos investigadores sugieren que estas condiciones anóxicas fueron algo común durante un periodo de tiempo mayor.

Estas fluctuaciones en los niveles de oxígeno de los océanos es, según estos investigadores, la explicación más probable del vuelco evolutivo que se dio entre hace 540 y 488 millones de años según el registro fósil. La vida, que había florecido al principio antes de ese periodo, sufrió una crisis hacía el final del mismo.

Hacia el año -499.000.000 grandes regiones de los océanos se volvieron pobres en oxígeno y además contenían sulfuro de hidrógeno. Algo que coincide con una extinción en masa que afectó a los trilobites.

Estas fluctuaciones jugarían un papel importante, quizás dominante, a la hora de configurar la evolución animal del planeta mediante la extinción, allanando así el camino para que aparecieran nuevas formas de organismos.

Comprender cómo los cambios ambientales modificaron el curso de la historia de la Tierra puede dar pistas a los científicos sobre cómo evolucionó y floreció la vida durante los estadios tempranos y críticos de la evolución animal.

Benjamin Gill explica que la vida y el ambiente en donde ésta se da están íntimamente relacionados y que cuando las condiciones de oxigenación cambiaron algunos organismos no fueron capaces de adaptarse. El oxígeno oceánico afecta a los ciclos de otros elementos biológicamente importantes como el hierro, el fósforo o el nitrógeno. Interrumpir estos ciclos es una manera de provocar una crisis biológica. Por tanto, según este investigador, el pasar a un estado más pobre en este gas puedo provocar una extinción masiva.

Estos investigadores están trabajando ahora para encontrar las causas por las que el mar se hizo más pobre en oxígeno hace 499 millones de años. Los eventos de extinción del Cámbrico tuvieron un efecto muy importante sobre la evolución. La vida en el Cámbrico no era muy estable y en periodos cortos de tiempo comunidades muy diversas terminaron extinguiéndose.

Hasta ahora han encontrado sólo pruebas de que se produjo una bajada en el nivel de oxígeno pero no saben por qué ocurrió. Este estado persistió durante 2 ó 4 millones de años, hasta que el enterramiento de materia orgánica produjo una mayor acumulación de oxígeno en la atmósfera y por tanto en el mar. Materia orgánica que se había acumulado, paradójicamente, gracias a la fotosíntesis. Esos sedimentos dieron lugar a las rocas que ahora pueden ser analizadas.

Este enterramiento de materia orgánica se da en la actualidad en aguas pobres en oxígeno, como las del Mar Negro.

Los investigadores concluyen que una falta de oxígeno y la presencia de sulfuro de hidrógeno mataron a muchos animales del Cámbrico. Se cree que eventos similares fueron la causa de la extinción masiva del Pérmico hace 251 millones de años.

Según Gill la comprensión de este tipo de eventos del pasado distante de la Tierra nos puede ayudar a perfilar nuestra visión de los cambios climáticos que están sucediendo en el presente.
“En la actualidad algunas regiones de los océanos se están convirtiendo en pobres en oxígeno, la bahía de Chesapeake o la denominada ‘zona muerta’ del golfo de México son sólo dos ejemplos”, dice, “Sabemos que la Tierra pasó por escenarios similares en el pasado. Comprenden estas causas antiguas y sus consecuencias puede proporcionar pistas esenciales de lo que el futuro tiene preparado para nuestros océanos”.

En este estudio los investigadores analizaron los contenidos isotópicos en carbono, azufre y molibdeno de rocas pizarrosas y calcáreas de la época recolectadas en diversas localizaciones de EEUU, Suecia y Australia. Estos análisis combinados les permitieron inferir la cantidad de oxígeno presente en los océanos en el tiempo en el que se formaron los sedimentos que dieron lugar más tarde a esas rocas.

Hubo varios eventos de extinción rápida en la segunda mitad del Cámbrico. Estos investigadores no saben sus causa, pero una caída del oxígeno podría ser una posibilidad.
Lo paradójico es que si no hubiese sido por esos desastres del pasado, sobre todo los del pasado remoto que más efecto “mariposa” pueden tener, nosotros no estaríamos aquí. Quizás habría otros seres pensantes, pero no nosotros, el autoproclamado Homo sapiens.

Somos el producto de todo lo que ha pasado a lo largo de la historia evolutiva de este planeta. De todo lo “malo” y todo lo “bueno”, de cada extinción masiva, de cada glaciación, de cada bola de nieve, de cada mutación afortunada provocada por un rayo cósmico, de cada evento de depredación o de cada hecho afortunado en la descendencia. Una historia irrepetible y contingente en la que en ningún momento se cortó la línea ininterrumpida que nos une a la primera célula eucariota. Visto bajo esta perspectiva somos un milagro de improbabilidad. Nosotros o cualquier otra especie que hubiera surgido en una historia biológica alternativa de haberse producido un cambio en el pasado, por minúsculo que éste fuese.

Somos la primera especie en ser conscientes de todo lo que nos ha precedido y también la primera con capacidad para predecir lo que sucederá debido a nuestras propias acciones.



Fuente: http://neofronteras.com/?p=3364

Eurix Janeth Gómez Vera
CI18392113
CRF

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